“Producir, consumir y tirar” es y será sustituido por “reducir, reutilizar y reciclar”, conocidas también como las “3 R”. Esta es la máxima de la economía circular, el nuevo modelo de producción que busca prolongar la vida útil de los materiales y los recursos tanto como sea posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos.
La Comisión Europea promueve desde hace varios años la transición de Europa hacia una economía circular, con el firme convencimiento de que ésta impulsará la competitividad, fomentará el crecimiento económico sostenible y creará nuevos puestos de trabajo. De este modo, a finales de 2015 lanzó un paquete de medidas para impulsar este nuevo sistema alternativo de producción y consumo. Entre las decisiones adoptadas, destaca la creación de una plataforma de apoyo financiero para la economía circular con el Banco Europeo de Inversiones (BEI); asimismo, propone una mejora de la legislación relativa a ciertas sustancias peligrosas en aparatos eléctricos y electrónicos, al tiempo que ofrece orientaciones a los Estados miembros sobre la transformación de residuos en energía.