Por JMT.
Bennet Omalu, fue el doctor que en 2002 hizo un descubrimiento revolucionario: la encefalopatía traumática crónica (CET). De repente salía a la luz que algunos jugadores de fútbol americano habían enfermado por los impactos recibidos, de la mano de un médico que argumentaba su CARÁCTER PROFESIONAL, demostrando que no era un caso particular, sino de cierta frecuencia en jugadores veteranos de fútbol americano.
Dicha causa y origen luego han quedado corroborados científicamente pero, como se ve en la noticia cuyo enlace se inserta más abajo, en su momento produjo un gran conflicto entre los que como el citado médico querían (y debían) hacer honor a la verdad y los máximos representantes de la liga de fútbol americano, que hizo lo posible por todo lo contrario.
Es esperanzador que haya profesionales que defienden un código ético profesional, no dejando pasar procesos de enfermedad que siguen repitiéndose y de los cuales se conocen sus factores (p. ej. amianto, sílice, EPOC, en general), los cuales por falta de un diagnóstico precoz o un tratamiento adecuado, perfectamente factible hoy en día, resulten irreversibles.
El rugby europeo no parece que tenga tales consecuencias. El mismo se practica sin protecciones y quizá sean éstas, las utilizadas en el fútbol americano, paradójicamente, las que provocan que los choques sean de una mayor violencia, repercutiendo tales golpes, como si de boxeo se tratará, en el cerebro.
Respecto de la encefalopatía profesional derivada de impactos en la cabeza de los jugadores de fútbol americano, hay una película de Will Smith muy “preventiva”, cuyo acceso al resumen audiovisual insertamos a continuación: